La montanera es una palabra mágica para Cinco Jotas. Magia entendida como un elemento fundamental en el camino hacia la máxima calidad. Nuestros cerdos ibéricos también perciben esta magia de la montanera, porque durante el periodo que van desde finales de octubre hasta marzo viven al aire libre en su paraíso particular: la dehesa.

Hablar de montanera significa hablar de bellotas. Es el alimento principal de una dieta 100% natural de la que disfrutan los cerdos ibéricos de Cinco Jotas durante estos meses. Y son ellos los que seleccionan aquellas bellotas más apetecibles de entre todas las que se encuentran en sus largas caminatas por la dehesa.

Bellotas Cinco Jotas

¿Por qué les gustan tanto las bellotas?

La bellota es el fruto de cuatro árboles que dibujan el paisaje de la dehesa: la encina, el alcornoque, el quejigo y el roble. En nuestras dehesas los reyes son los dos primeros. No solo las encinas y los alcornoques son las especies de quercus más numerosas, sino que además los cerdos ibéricos prefieren sus bellotas porque son las más dulces.

Estos dos árboles son corpulentos, fuertes, resistentes a los calores del verano y las bajas temperaturas del invierno y siempre lucen unas copas con ramas firmes llenas de hojas verdes. Sus bellotas resultan muy apetecibles para el paladar de los cerdos ibéricos, pero también tienen un papel crucial en el desarrollo de estos animales: son muy ricas en hidratos de carbono, que se transforman fácilmente en grasas. Y eso se traduce en un aumento paulatino del peso del cerdo. La bellota también aporta nutrientes como fécula, azúcares, grasa, vitamina C y carotenos en cantidades importantes.

Paisaje de la Dehesa Cinco Jotas

Durante la montanera los cerdos ibéricos pueden llegar a consumir entre 7 y 8 kilogramos al día de bellotas, y para eso recorren al día unos 12 kilómetros en la inmensidad de las dehesas. En esta combinación de ingesta de bellotas y ejercicio diario está una de las claves del jamón Cinco Jotas de bellota 100% ibérico: la infiltración de grasa en los músculos del animal, lo que da lugar a esa textura y sabores únicos de nuestros jamones y paletillas.

La influencia de la bellota en la dieta del cerdo ibérico llega incluso más lejos, hasta el propio sabor y aroma de una loncha de Cinco Jotas. La bellota es, en buena parte, responsable de la experiencia única de degustar este producto: aporta un sabor muy sutil y delicado a frutos secos, a avellanas tostadas, con algunas notas dulces. Todo esto lo percibimos mientras la loncha se va deshaciendo en la boca, mientras su saludable grasa se va fundiendo.

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