Hay quienes sueñan con ver un partido de fútbol en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro, o con disfrutar de una ópera en el teatro de la Scala de Milán o con vivir un estreno cinematográfico en pleno Times Square de Nueva York. Para los amantes de la gastronomía y del auténtico jamón de bellota 100% ibérico hay una experiencia que deberían vivir al menos una vez en la vida: visitar la bodega de Cinco Jotas en Jabugo.

Este emblemático edificio centenario guarda en su interior los secretos y la historia de Cinco Jotas. Recorrer sus salas, patios, secaderos y otras impactantes estancias de la bodega significa saborear el legado de varias generaciones familiares de Jabugo, que han trabajado duro para conservar la esencia más pura del jamón de bellota 100% ibérico.

Bodega Cinco Jotas

Lo primero que se encuentra el visitante cuando atraviesa el umbral de la bodega es un precioso patio donde, hace muchos años, se realizaba la matanza de los cerdos. Ahí comienza la visita de más de una hora de duración en la que el viajero conocerá la historia de Cinco Jotas a través de una colección de fotografías, vídeos, herramientas de trabajo y una detallada explicación por parte los guías profesionales de Cinco Jotas.

Uno de los momentos más impactantes es cuando el visitante llega al secadero sur de la bodega, donde los jamones Cinco Jotas permanecen el último año de curación. Es el momento para conocer que el sistema de secado es natural, como se ha hecho siempre, con corrientes de aire que se crean cerrando o abriendo ventanas. Aquí se respira tranquilidad, sosiego. Parece que el tiempo se ha detenido para que los jamones Cinco Jotas acaben su proceso de curación y su camino hacia la excelencia sin prisas, sin obstáculos y con toda la seguridad de estar supervisados, uno a uno, por el equipo de profesionales de Cinco Jotas.

Bodega Cinco Jotas

La visita a la bodega no puede concluir mejor: con una degustación de los productos Cinco Jotas y una breve cata comentada que ayuda al viajero a descubrir matices organolépticos fascinantes en cada bocado. Al final son esos matices los que se quedan en nuestra memoria, junto con recuerdos que nos trasladan al universo Cinco Jotas cada vez que hablamos de cultura gastronómica, de tradición, y de profesionalidad.

Por cierto, esta experiencia 360º alrededor de Cinco Jotas se puede completar con una visita a las dehesas para comprender el ciclo completo de la cría del cerdo ibérico, la montanera y toda la riqueza medioambiental y sostenible que representa este ecosistema natural único en el mundo.

COMPARTIR